En el cristal se depositan la suciedad debida a la exposición a la contaminación, polvo, lluvia, oxidación, agua dura, etc…
La limpieza tradicional con agua, detergente o amoníaco, mojador y haragán tan solo elimina la capa superficial de la suciedad por lo que aunque a la vista parezca limpio, parte de la suciedad persiste en el fondo de los microporos por lo que la duración de la limpieza es corta ya que se vuelve a ensuciarse con facilidad.
El producto utilizado es inorgánico natural y biodegradable que penetra en los microporos del soporte combinándose químicamente con la suciedad, sales, calcios, óxidos, magnesios y no deja residuos ni ningún tipo de biofilm después de su aplicación.
Además se realiza un micropulido sobre la superficie del cristal que le devuelve el brillo y la apariencia originales.
Nuestro sistema consta de dos pasos: